sábado, 20 de enero de 2007

Retrato del artista como moviola


Yo ayer quería ser Alan Berliner. En principio quería no dormir y multiplicar mis posibilidades, pero la idea de tener fotos de familiares judíos y un padre que desacreditase mi labor intelectual empezó a seducirme conforme pasaba el tiempo.
El asunto es que yo quería aferrarme a la vigilia. Por motivos más o menos estúpidos, pero vigilia al fin y al cabo. Y la vigilia se me escurrió, disuelta entre el placer que sólo dan las sábanas domadas.
Así que, una vez más, choque de voluntades nocturno. La vida del Ilustre Invitado está marcada por el insomnio (desorden que se presume involuntario), y cuando lo buscas voluntariamente te chocas contra su ausencia. El asunto (bis): ¿nos podemos amaestrar?
El montaje parece un buen intento de amaestrar aquello que consigamos que caiga del lado de lo amaestrable. La capacidad de seleccionar y despedazar la vida, de hacer clips con ella, para después moldearla, arrastrar los clips a nuestro antojo. Esa sensación de que, mientras estés sentado en esa silla delante de esa pantalla, eres un demiurgo. Cada corte, cada "click", un mínimo acto de amaestramiento.
"Retrato del artista como insomne" aparece por ahí para referirse a "Wide awake", de Alan Berliner. ¿Y qué hay del retrato del artista como moviola?

2 comentarios:

Efrén dijo...

Impresionante. El blog y esta nota en concreto. Veo que vas multiplicando tus personalidades. Espero que no tenga efectos secundarios.

A propósito de dijo...

Nada de multiplicación, polifonía. Y es pronto aún para efectos secundarios, pregunta de aquí a un mes cuando haya directores rusos a los que manejar...