miércoles, 28 de febrero de 2007

Vartanov


Presentación de la película de Mikhail Vartanov Paradjanov. La última primavera

Orange winter


La revolución naranja es como una ópera y como la primera película ucrania de la historia: tiene algo de pasional, festivo y trágico a la vez. Kiev que se convierte en una ciudad con un millón más de habitantes; la periodista que traduce en lenguaje de signos los informativos oficiales dice mediante gestos que lo que está ocurriendo es una vergüenza; o pueblos enteros que toman té y salchichón en la plaza frente al Parlamento. Lo que fue al principio una protesta por el resultado electoral se torna en un sistema de vida, en fiesta y, finalmente, en una segunda vuelta. Yuschenko gana. Diciembre de 2004. Ningún otro invierno fue un Orange winter. A pesar de que se echan en falta historias personales y más cercanía, las secuencias de acción (cargas policiales y enfrentamientos entre los partidarios de Yanukovich y Yuschenko) y la continua presencia de la cámara en la calle consiguen reflejar fielmente lo que ocurrió en Kiev.
¿Imágenes para el recuerdo? Muchas, por ejemplo la de un superior quitando a los antidisturbios, muertos de frío pero serios y firmes en su posición, la nieve de los hombros.


Texto: F.

martes, 27 de febrero de 2007

Bs. As.


Después de ver Wide Awake, cualquier otra película que se pueda definir como “autobiográfica” sabe a poco. Inevitable.
Bs. As. es un documental en forma de epistolario del que se asoma un frío retrato costumbrista de generaciones y épocas unidas por la historia de una familia.
A partir de historias orales y correos electrónicos del propio director con sus familiares lejanos, Alberte Pagán reconstruye, con distintos acentos, su historia personal mezclada con la de dos países: Argentina y España.
Desde antiguas fotografías rescatadas en sepia, hasta planos fijos del Buenos Aires actual. Con el paso generacional, el movimiento llega a la imagen, que se acelera ligeramente hasta dejar paso a un viaje en metro en un vagón de planos secuencia.
Bs. As. es una película austera, personal y artesanal. Alberte Pagán deja ver su independencia frente a cualquier tipo de cine industrializado. Pero, ¿habrá que pagar algún precio estético por ello?



-Ana-

Heridas en el labio

Everything will be fine


“¿Qué habéis hecho hoy para cambiar vuestra vida?”.

En un reformatorio polaco, las chicas internadas intentan enderezar sus vidas.
Llegan las vacaciones de verano y, si hay suerte, tendrán permiso para volver a casa por un tiempo. Pero llamar a la puerta de su propia casa no es tan fácil.
El fracaso pesa en los párpados y el éxito no era tan fácil de encontrar. Micrófono en mano, el educador insiste a las chicas: “Equivocarse forma parte de la condición humana”.
Ellas tienen muy claro que hay que sobrevivir. Aunque resulte doloroso. La culpa empuja la vuelta a casa hacia un terreno incierto. ¿Abrazos o gritos?
Y en la fiesta de fin de curso, una canción a sus madres a cambio de la redención. Perdóname. Esta es mi casa. Por fin he llegado.

“Saldremos adelante. Todo irá bien”.
-Ana-

In case of emergency


Alemania es una potencia nuclear, está claro: cuenta con decenas de cabezas nucleares. Alemania quedó dividida drante casi treinta años, está claro: conserva trampas en carreteras y ferrocarriles, que evitaron el paso de un lado a otro del muro. Alemania se tomó muy en serio la Guerra Fría, está claro: existe toda una red de refugios en las principales ciudades del país, listos para utilizarse In case of emergency; cuenta además con grandes reservas de alimentos.
Está claro que todo eso está claro a los diez minutos de documental. El tema resulta atractivo, pero no se consigue dar ritmo a la película; está claro que lo que toma protagonismo son construcciones muertas, muros de hormigón o una pistola de nueve milímetros.
Lo inerte parece vivo; lo vivo, inerte. Algo no encaja.


Texto: F.

The blood of Yingzhou district


El de la foto es Gao Jun. Y lo que tiene en las manos es una radio portátil que aprieta contra su moflete, sentado a la puerta de su casa. Cuando vivía solo, siempre llevaba ese gorro altamente simpático y el abrigo que le hacía parecer un jefe mafioso bastante hortera. Añadámosle al vestuario su permanente cojera y tenemos la perfecta apariencia de Gao Jun.
El de la foto es Gao Jun. Y lo que tiene en la cara es un gesto serio, nunca una sonrisa; una de las familias que le adoptó durante un tiempo le hizo reír de vez en cuando. Cuando vivía solo, siempre llevaba el cuerpo plagado de llagas y los demás habitantes de la aldea lo rehuían. Añadámosle a la situación su permanente infección de sida y tenemos la perfecta vida de Gao Jun.
The blood of Yingzhou district, ganadora de un Oscar al mejor documental.


Texto: F.

Hasta otra, Perlov

Ayer terminó "Conocer a David Perlov", uno de esos mini-ciclos, proyecciones especiales, que este año ha programado Punto de Vista. A juzgar por la asistencia , buena parte del público ha optado por las otras secciones; ojalá hubiese conocido antes Diario para decirle a la gente que iba a perderse una oportunidad única. Cuando esta tarde lleguen las 20:00, 20:15, 20:30, seré una huérfana de Perlov. Sólo me queda esperar que se cumpla la petición a Yael de que el año que viene lleguen a Pamplona En Jerusalén y My stills.

"Conocer a David Perlov", y así ha sido. Después de las proyecciones me he encontrado hablando con la gente sobre Mira y Naomi, Jean-Marc y Julio (su madre y su hija, su yerno y su amigo). Conforme pasaban los minutos, reconocía a Naomi y Yael, su rostro se convertía en un terreno transitado al que tenía sentido regresar para reencontrarse y para seguir avanzando. Y después están el resto de las caras: la incomodidad, la tensión, la naturalidad, la actuación. La cámara de Perlov echa por tierra cualquier posible artificio y desnuda a quien desfila delante de ella.

La mirada editada de Perlov crea un mundo con sentido en sí mismo a base de elegir qué atrapar y de atrapar lo que le elige. La inmediatez golpea de la misma manera en que a él le golpea la realidad, y de tu ojo al ojo de Perlov no hay más que tiempo.

lunes, 26 de febrero de 2007

Wide is the sea


Mologa no existe: la creación de un lago artificial inundó la ciudad en los años cuarenta. Para qué vaciarlo, para qué seguir inundando. Ya no hay más que tumbas, ladrillos y huesos que van recogiendo todos los años de debajo del agua. Porque ellos sí quieren que se vacíe el embalse, que se destruya la presa que significó el fin de su hogar. Lo de la falta de agua en la cuenca del Volga no resulta un pretexto válido, dicen. Ese lago hizo extranjeras a 130.000 personas.
El 14 de abril es recordado en Yaroslavl Oblast como el Día de Mologa. Entonces, algunos sacerdotes van en lancha hasta donde se erigía la ciudad, enfrente del monasterio aún visible, para una breve oración. Y los ancianos también rezan por el lodo y cantan y lloran. Los políticos dicen que no quieren un desierto en Mologa: no hay vuelta atrás.
Wide is the sea donde los pueblos de la zona viven exclusivamente de la pesca, donde el agua come decenas de metros de orilla al año, donde el pasado ha determinado el presente. Donde Mologa no es Mologa.


Texto: F.

Holy warriors


Hay historias de guerra que nunca se han contado o que pasan desapercibidas, como el francotirador. Porque él "se oculta" y halla en El Corán todo lo que necesita saber. El chamán mata como hay que matar e, incluso, si su contrincante en el campo de batalla demuestra valor, lo degüella como a un auténtico guerrero y le dedica un rito posterior, por valeroso; su hijo de unos siete años tiene una puntería admirable con la pistola de papá. El sacerdote lleva debajo de sus hábitos el uniforme militar; se coloca las gafas de sol y da instrucciones a los futuros soldados: "Es inspirador ver entrenar a los niños con el repicar de las campanas de fondo". La ex espía en Afganistán decidió matar antes de que la mataran, pusieron un precio de varios miles de dólares por su cabeza; ella es islámica y sus hijos cristianos. Un joven soldado ruso, asesinado por reconocer sus creencias, es propuesto para santo; sus hermanos pequeños le dibujan a partir de un icono.
Los Holy warriors no temen a nada porque Dios está con ellos.

¿Suficiente?


Texto: F.

Even if she had been a criminal...


La Marsellesa atruena en la sala. Desfiles militares, guerra y humillación.
Humillación: bofetones, burlas, vítores, burlas, revanchismo y burlas. A esas mujeres les rapan el pelo, les pintan la cruz gamada en la frente y las hacen posar para la cámara. El himno francés habla de ciudadanos mientras ellas desfilan entre la muchedumbre muerta de risa o, en su defecto, con un "que tengan lo que se merecen -por ser sospechosas de haber mantenido relaciones con soldados alemanes-".
Casi peor hubiera sido que se oyera Non, je ne regrette rien de Edith Piaff (miedo da relacionarla con todo esto).
Even if she had been a criminal...


Texto: F.

Super amigos


Super amigos es un cómic documental de superhéroes reales enmascarados.
Su espacio: México DF. Su misión: la lucha social.
Super Animal lucha contra las corridas de toros y el maltrato a los animales. Su lema con megáfono: “La tortura no es arte ni es cultura”. Su táctica: proponer duelos cuerpo a cuerpo a los toreros y esparcir carne de toros muertos en la entrada del ayuntamiento. Fue detenido por desorden público.
Ecologista ha emprendido una cruzada contra la tala de árboles de Navidad. “Ven y mata tu árbol”.
Fray Tormenta es un párroco que se ganaba la vida en combates de lucha libre. Hasta que decidió crear un orfanato y entregarse a la revolución social.
Su novio fue asesinado. Entonces Super Gay se convirtió en un luchador contra la homofobia. En México hay una media de cuatro asesinatos por homofobia al mes. Su lema: “La gente me señala, me apuntan con el dedo, susurra a mis espaldas y a mí me importa un bledo. Que más me da, si soy distinta a ellos. No soy de nadie, no tengo dueño.”
Y Super Barrio ha logrado evitar más de 10.000 desalojos. “Mientras exista el mundo, existirá la gloria y fama de Super Barrio Gómez”.
Tiene tres principios:
1º: Lucha, lucha y lucha.
2º: Aquí no se raja nadie.
3º: El presente es de lucha, el futuro es nuestro.
-Ana-

Un Oscar en Punto de Vista




Hace aproximadamente un mes, hablábamos de conexiones secretas entre Civican y el auditorio Kodak Theatre de Los Ángeles. Hoy, cuando hemos abierto las puertas de nuestra sede oficial, quedaban todavía en el suelo restos de una fiesta ajena y lejana. Vasos rotos, confeti, alguna corbata y zapatos de tacón perdidos. El guarda de seguridad no ha visto a nadie, pero las cámaras han registrado extraños movimientos, y hay quien dice que Martin Scorsese ha descansado en nuestros sofás. Quizás, el Oscar que se ha llevado a casa The blood of Yingzhou district ha pasado por aquí. Nadie sabe nada de Penélope Cruz.

domingo, 25 de febrero de 2007

The white she-camel


Diario de vuelo cósmico: entre Kazajistán y Uzbekistán, el Mar de Aral. “¿Por qué abandonaron la nave Tierra?”.
Un tercio de pantalla. Blanco y negro. Blanco. Imagen quemada y saturada. Si no supiéramos que la película está hecha por el belga Xavier Christiaens en 2006, bien podríamos pensar que nos enfrentamos a una película rusa de los años 20. Pero no.
Próximo aterrizaje: mundos destruidos. El Mar de Aral se evapora. Queda un paisaje ensordecedor de nieve. Y un bloque de cuarcita: tres metros, 50 centímetros. Se desconoce su significado.
El frío se vuelve orgánico y las fronteras entre lo experimental y documental se caen a pedazos. “Pasada una frontera, emerge otra”.
En los oídos retumba la obsesión de un mantra metálico invertido. “En un tubo flota un grito que nadie admitirá”.
Se vuelve difícil descifrar las figuras de las caras. Y, por fin, color. Giros de 360 grados. Luz, oscuridad, luz.
Al final, una Camella blanca. Y un tenedor.

“Cuando abras los ojos, ya no será de día”.
“Cuando abras los ojos, ya no sabrás lo que has sido”.
-Ana-

Uku ukai


“Tome conciencia de su cuerpo y déjese ir”.
El cuerpo se sumerge en el agua y las hojas se acercan al cuerpo. El cuerpo ya no sabe nadar.
Una manada de humanos en estampida. Les persigue el tiempo. Y les alcanza.
Respirar. Reír. Caminar. ¿Para qué? Nos habíamos olvidado de cómo se hacía. Las rodillas débiles y el cuerpo arrugado nos recuerdan el instinto. Piden tierra y piden agua.
Animal/Humano/Animal.
El sudor gotea la voluntad del hombre que corre por la ciudad. El perro con la lengua fuera lo tiene más fácil.
El tiempo se agarra a la piel y deforma unos pies que se asustan y dan vueltas torpes sobre la alfombra de un salón. Por la noche, los humanos vuelven a su guarida. Y se tapan. Duermen.
La clave del ser humano no estaba tal vez donde intentábamos llegar y, una vez viejos, buscamos desandar hasta tocar un origen que estaba muy cerca.
Quizá volver a lo ingenuo y puro sea complicado cuando la esencia de las conductas básicas la conoce la voz de un radiocassette.
“Ahora está en armonía con sus pensamientos. Déjese ir.”
Inspire, expire.
-Ana-

Last thoughts


Cuando fue un chaval, decidió montarse en el vagón de carga de un tren. Cruzó Estados Unidos sin dinero y con una muda recogida en un hatillo, unos años antes del crack del 29.
Robert Henry, nacido en Oklahoma (curiosa la coincidencia con la Miss Oklahoma Anita Bryant, del cortometraje que precede a este largo), deja su voz grabada antes de morir y relata aquel viaje, sus Last thoughts. Su nieto Kevin decide rescatar esos recuerdos y emprende el mismo camino en furgoneta. Vive durante un año en la carretera filmando los mismos paisajes que acompañaron a su abuelo, tratando de revivir cada segundo de frío y soledad.
Lo mejor del documental es, sin duda, el proceso de elaboración: escuchar un testimonio oculto, salir de Austin y vivir un año de recuerdos con una cámara al hombro. Y, casi sin querer, renacer la historia de muchos otros que también fueron a buscar trabajo en los años 20.


Texto: F.

I just wanted to be somebody


Una cara radiante bajo el sol radiante del sur, cantando una canción radiante sobre las virtudes de las naranjas radiantes. Y puede ser que, después de haber filmado tantos anuncios, a Anita Bryant le brillaran los dientes con un brillo radiante.
Miss (del estado de Oklahoma)/cantante pop/actriz de una bastante retirada segunda fila, Bryant coincidió en el momento y el lugar idóneo para acabar con su carrera: en la Florida de 1977, abanderando una cruzada contra los homosexuales. Consiguió que les recortaran sus derechos aludiendo al peligro que suponían para "los Estados Unidos de América" (se le llenó la boca, en efecto). Sin embargo, esa fue su última victoria. ¿Radiante?
Luego de todo, uno se imagina a la pobre Anita destrozada, incorporada en su hamaca de al lado de la piscina, con el pelo sin la sesión de color y el sonido de los hielos del vaso de whisky, que balancea sin mucha convicción. Y puede que dejara escapar un suspiro como diciendo: "I just wanted to be somebody".


Texto: F.

sábado, 24 de febrero de 2007

Retrato del artista como moviola (II)

Un día, David Perlov decidió dejar de hacer cine y empezar a hacer cine. Era 1973 y estaba harto del cine oficial y de las restricciones que le imponía el sistema israelí. Se compró una cámara de 16 mm y miró por su ventana. También miró en su casa, en aeropuertos y en parques; miró en Sao Paulo y miró en Jerusalén; miró desde el balcón y miró desde un coche. Entre la vida y su ojo, siempre la cámara.

En el primer capítulo de su Diario, David Perlov muestra cuatro años en una hora. Nos deja que conozcamos qué supone que tu país esté inmerso en una guerra (la del Yom Kippur), o cómo se rastrea la juventud tras veinte años sin pisar sus escenarios, o la desesperanza que produce saber que nadie quiere dejarte hacer lo que puedes hacer.

Estáis a tiempo de ver los capítulos 3, 4, 5 y 6. Mañana y pasado, domingo y lunes, a las 20:00 en Golem Yamaguchi.

Our America


Sí, efectivamente todo viene de una fotografía. Magaly y Ana, dos chicas jóvenes vestidas de militar entregadas a la revolución nicaragüense. Creían en la lucha, recitaban a Rubén Darío y por su cabeza pasaban miles de futuros posibles para el pueblo. Daba igual un rifle que un palo o que las propias manos para hacer realidad la utopía: qué triste paradoja.
La tarta de cumpleaños de uno de los hijos de Magaly es impresionante: multicolor (¿será comestible?), con porterías de fútbol y jugadores en miniatura (vamos, esto seguro que no se come) y, para acompañar a tan delicado pastel, una botella de Coca-Cola. Todos reunidos, alegres y bailando y dando palmas. Las mujeres más mayores de la casa van parando poco a poco, como pensando “sí, que se diviertan los chicos”; ellos siguen en un estado de cola-cumpleaños desbordante. ¿Qué cumpleaños, qué alegría? ¿Qué hay que celebrar?
El fracaso de la revolución, la tristeza de haber perdido a tantos compañeros hace dos décadas, el desánimo, la felicidad que provoca McDonald’s en sus vidas, Hertylandia, el olvido de los ideales o la corrupción del Partido Sandinista en un pedazo de América, Our America.
Sí, efectivamente todo viene de una fotografía. Y se queda en ella.


Texto: F.

Sweet monster


¿Cuántos padres hay que, cámara de visión nocturna en ristre, se dediquen a filmar a sus hijos en mitad de la noche? Pues resulta que Marco De Stefanis decidió que le parecía buena idea: grabó la cara gris verdosa y los ojos de aye-aye de su hijo, y es que el pequeño Davide no podía dormir ni por asomo: los monstruos no hacían más que mirarlo.
Se llega a sentir un poco de lástima por Davide. Por lo del continuo fogonazo de luz y todo eso. A veces no acierta a abrir bien los ojos, pero cuando los fija hacia la cámara parece uno de los siniestros niños del maíz. No obstante, uno enseguida se encariña de un crío que realmente no quiere dormir; casi parece cómplice de la ocurrencia de su padre.
En su habitación, un Sweet monster astuto que, seguro, salió corriendo cuando vio a De Stefanis armado con la cámara.


Texto: F.

Can Tunis


“Donde no hay ley, no hay orden”.
En las afueras de Barcelona, Can Tunis. Barro y escombros. Chabolas con televisión de plasma. Apuestas y peleas de gallos.
Los ídolos infantiles: Torete y Vaquilla. Y una revolución: “¡A la bin, a la ban, a la bin bom ban, vivienda, vivienda, y nada más!”.
Todas las generaciones comparten la misma rabia. Una comunidad llena de orgullo forzado se enfrenta a la “civilización” que derriba sus casas. Las imágenes desprenden mal olor. Droga por las venas y una madre en la cárcel.
“En las casas de Can Tunis lo primero que se ve son a las chicas en pijama y las camas sin hacer”.
Una cultura difícil de entender. Con hombres duros y niños adultos que fuman mientras roban un coche. Curados de espanto.
“- ¿Y por qué no haces un esfuerzo?
- Porque no”.
-Ana-

Reflection


Reflection.
Un hombre recuerda su vida mientras fabrica un espejo.
Seis minutos. Sus manos. El agua.
Un proceso. Cristal, tintes y esponjas.
Una historia. Un oficio aprendido en clandestinidad. Una guerra. Varsovia. Unos zapatos robados y un alemán nazi amable. Resistencia.
Y, por fin, un reflejo. Unos ojos.
“Me he hecho viejo esperando que me hicieras todas estas preguntas”.


-Ana-

viernes, 23 de febrero de 2007

Forever


Chopin, Molière, Jim Morrison, Apollinaire, Marcel Proust, Maria Callas, Sarah Bernhardt, Ingres, Modigliani, Balzac, Stéphane Grappelli , Georges Méliès, Bizet, Édith Piaf, Oscar Wilde...
¿Quién hubiera imaginado que todos ellos podrían reunirse en un mismo espacio? París, distrito XX. Cementerio de Père-Lachaise. En Forever, Heddy Honigmann se adentra en este cementerio parisino con la mirada puesta en la vida que gira alrededor de las tumbas, sean célebres o no.
Allí, un taxista y cantante iraní visita la tumba del poeta persa Sadegh Hedayat y un dibujante de viñetas sobre En busca del tiempo perdido lleva flores a la tumba de Marcel Proust. Mientras tanto, un hombre que desde niño paseaba por el cementerio con su abuelo, guía a un grupo de turistas que recorren las tumbas más célebres. Una mujer armenia conversa cada día con su padre enterrado. A la vez, una joven pianista japonesa deja una flor donde descansa Chopin, y una española exiliada en París cuida la tumba de su marido, vecino de Jim Morrison.
Una mujer se dedica a regar las flores de Apollinaire, Proust y Modigliani con la misma dedicación de las ancianas que se sientan al sol tras limpiar las tumbas de sus familiares. En Père-Lachaise descansar en paz se vuelve relativo. Allí se escuchan conversaciones con lápidas y flores, explicaciones de guías turísticos y disparos de cámaras fotográficas.
Los visitantes presencian la eternidad conseguida a través del arte, concentrada en un espacio que todos quieren tocar. Las tumbas como poemas de piedra de donde se desprenden las partículas esenciales del arte y la vida.
-Ana-

Radiophobia


Hace más de veinte años que Pripyat quedó desierta. Los niños jugaban en la calle el día de la explosión. Nadie había advertido a los niños que jugaban en la calle el día de la explosión. Ni a ellos ni a nadie. Dos días después se empezó a evacuar la ciudad: el reactor cuatro de la central nuclear de Chernóbil había estallado un 26 de abril, de madrugada.
Viajan a Pripyat: dos mujeres, una pareja, dos amigos del colegio y un antiguo técnico de la central: les cuesta encontrar sus casas: todas se han hecho hermanas de la radiación: son poliedros vacíos.
La ciudad es un esqueleto de un dinosaurio de cemento escondido entre los árboles, está irreconocible; el régimen soviético prometió a los 50.000 habitantes que volverían pasados tres días; las cifras oficiales sólo confirmaron unos treinta muertos; los lugareños no saben si es verdad que los pájaros aguantan mejor la radiación que los hombres, pero al menos se oye piar; el que se dedica a fotografiar a diario el interior del reactor cuatro no puede permanecer más de tres minutos en él; probablemente, pasarán muchos años más antes de que alguien vuelva a Pripyat para quedarse.
Y Radiophobia sólo es el eco de aquella explosión.


Texto: F.

Amor Sanjuán


La memoria parece un juego mental formado por recuerdos, y la historia, serena e infalible, juez. Resulta paradójico que este orden, indiscutible en apariencia, se vea una y otra vez superado por la realidad: los recuerdos se vuelven exactos y fotográficos; la historia, en la cuneta, deviene subjetiva. Esto es lo que ocurre en Amor Sanjuán, donde recuerdo se identifica con historia.
Luis Misis, director y guionista (parte de su familia también colabora detrás de las cámaras), hace de testigo de la vida de su abuela Palmira. De su muerte le queda una cinta magnetofónica, deuda de todo lo que no había contado a su nieto. Y él reconstruye su vida a partir de esa grabación: una memoria de sus años en Argentina, de su vuelta a España, de las cárceles segovianas, de un amor entre rejas. Aunque, una vez más, es la Guerra Civil quien cobra cierto protagonismo, se soslayan los lugares comunes y la historia no se aparta de su propósito: contar una historia anónima, lejos de heroísmos.
Las imágenes vuelan sobre la voz de Palmira, que parece que se rinde y vuelve a resurgir; a veces son los pájaros o una máquina demoledora los que juegan a construir la memoria de su vida. Y la voz de Palmira se calla.


Texto: F.

Ya


Ya ha arrancado la primera proyección. Argentina de ida y vuelta (Amor Sanjuan) y Chernóbil (Radiophobia), empezamos heterogéneos.
Todavía hay más habituales de Civican que acreditados con su cinta al cuello, pero al dominio de los habituales le queda bastante poco. El camino entre la oficina y los paneles de información, mesa de acreditados y sala de proyección empieza a erosionarse. Lo que no parece erosionarse es la lista de tareas pendientes, monstruo en permanente crecimiento.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Más allá del espejo


Ya estamos instalados en la cuenta atrás. Podría liarme a contar las horas, pero para cuando le diese a "publicar" ya se habría desajustado la cuenta y vuelta a empezar.
Los festivales tienen comportamientos extraños. Por ejemplo, puede darse que se inauguren oficialmente después de que se hayan proyectado cuatro películas y se haya celebrado una mesa redonda. Cosas de la operatividad. Pero las inauguraciones tienden a adornarse con asuntos llamativos, que a veces incluso son interesantes, y tampoco está mal alterar el orden lógico de las cosas si al final te regalan algo único.
Como Más allá del espejo, la última película de Joaquím Jordà. Lo de "todo empezó con una noticia en el periódico" en este caso se traduce en Jordà conociendo a una chica con su misma enfermedad, agnosia, y haciendo una película sobre ello. Viaje por los bordes de la realidad, la apariencia y la percepción, Más allá del espejo abre Punto de Vista este viernes a las 20:30 en Civican. Las entradas, a la venta en Civican y en el 948 076 259.

martes, 20 de febrero de 2007

Ten minutes older


Con un permiso temporal para pasar la aduana ha llegado hace unas horas desde los Estudios Barrandov una lata oxidada. Dentro de la lata oxidada, Ten minutes older, diez minutos para viajar por las emociones humanas gracias a unos niños que ven un espectáculo de marionetas. Erice, Jarmusch, Wenders & Co. la homenajearon hace unos años, y madre e hija se encontrarán en la clausura de Punto de Vista.

Un momento cualquiera en la vida puntovistil

Así pasa el tiempo. Gente moviéndose, ordenadores y los habituales de Civican al fondo, sin enterarse demasiado bien de por qué durante unos días hay gente en esa sala que siempre está vacía. En la puerta de esa sala hay un cartel que dice "Oficina del festival".

viernes, 16 de febrero de 2007

Pues resulta que es verdad


A esto le queda una semana para empezar y de repente se ha levantado y ha demostrado que existe. Y cómo.
El programa del festival se ha convertido en un librito, porque con aquel desplegable que acababa hecho un desastre ya no llega para cubrir todas las películas. Tenemos una sede más, los cines Carlos III, porque la sección Festival de Festivales no cabía en Civican y los Golem Yamaguchi. Si hasta hemos pasado de bolsito para acreditados a una especie de cartera para libros.
Las cuatro secciones (oficial, Festival de Festivales, y dos temáticas) se han convertido en cuatro secciones más esto más aquello más las mesas redondas más la masterclass más Heterodocsias...
Punto de Vista será una semana para viajar. Sentados, a oscuras y en silencio, pero viajando. De Chernóbil a París, de Argentina a Estados Unidos, de espejos a fotografías, de Guatemala al Kurdistán, del miedo al recuerdo, de Polonia a Israel, de Tarkovski a Godard. Basta con querer embarcarse en esos viajes. El resto vendrá cuando se apague la luz, y de eso se encargan otros.

miércoles, 14 de febrero de 2007

¿Le doy al play?



Todavía no. Faltan diez días (más o menos).

sábado, 10 de febrero de 2007

El bagaje de la mirada


La de horas que hemos invertido en ver cómo pasan las imágenes. Se puede recordar cuál fue la primera película vista en el cine, o la primera de este director o de aquel país, pero ni rastro mental del momento en el que asimilamos la imagen en movimiento como presencia. Porque no existió ese momento, llegamos décadas tarde, la historia nos ha hecho parte del trabajo.
Resultado: una nostalgia imposible, una pureza que sólo conocemos de oídas y el peso de lo ya visto. Nunca vamos a poder huir de la sala porque pensamos que el tren se va a salir de la pantalla, ni nos va a sorprender que nos enseñen lo que ocurre en dos sitios simultáneamente (o que una ola gigante vaya a sepultar el mundo). El margen para la novedad parece limitarse a lo grotesco, pero también puede situarse en la verdad.
Cuando lo hemos visto casi todo, una persona recordando en voz alta ante nuestros ojos tiene una capacidad de sorpresa única. Ahí esta la novedad que ofrecen los documentales: lo que enseñan, existe.

jueves, 8 de febrero de 2007

El monstruo



Detrás de esa puerta se esconde una sala de cine. O tres. Y en la calle hace frío.

jueves, 1 de febrero de 2007

Teorías inconclusas en torno a "Forever"


Llevo días encallada en un pensamiento desencadenante de nada: cuando no tenía ni 10 años me llevaron a un cementerio de San Petersburgo sólo porque allí estaban enterrados Tchaikovsky, Glinka y compañía. Rastreamos un poco entre montones de nombres, nos sacamos unas fotos y volvimos al circuito de la ciudad.
La otra vía de pensamiento (que era la que tenía algún sentido puntovistil), unía ese flash del pasado con Forever, película a concurso en Punto de Vista que muestra a visitantes del cementerio Père-Lachaise de París. Allí están enterrados George Méliès, María Callas, Jim Morrison o Marcel Proust.
De la convergencia de las dos vías se deshilachan islotes como "turismo de cementerio", "pero esta gente, ¿qué busca?" o la "teoría de la epifanía por roce". Sobre todo, las dudas sobre qué puede llevar a alguien a plantarse delante de una lápida con la que no comparte apellido o con la que ni siquiera compartió tiempo. A falta de algo concluyente, invito a que alguien desarrolle la teoría de la epifanía por roce, que asomó una cabeza con muy buena pinta pero luego se desvaneció.
Sin que tenga nada que ver con lo anterior: hace unas 12 horas había ya 67 personas inscritas en la masterclass de Alan Berliner. Y queda casi un mes.