martes, 9 de febrero de 2010

Le plein pays


Avec des cathédrales pour uniques montagnes
Et de noirs clochers comme mâts de cocagne


En algunas asignaturas de Humanidades los alumnos estudian el caso paradigmático de los “niños lobo”: jóvenes que han crecido desprendidos de cualquier rasgo cultural. En este caso asistimos a la contemplación del caso contrario: la vida de alguien que creció en medio de una sociedad concreta y que por propia decisión decidió alejarse de la misma. Aunque una vez que has estado en ella, es imposible desprenderse.

Où des diables en pierre décrochent les nuages
Avec le fil des jours pour unique voyage


El protagonista, Massou, lleva 30 años viviendo como ermitaño en un bosque al sur de Francia. A pesar de esa negativa al constante contacto con humanos, ya en su habitación se encuentran objetos que le ubican en un tiempo concreto: posters de Briggitte Bardot y música de Jaques Brel acompañan sus horas de soledad. Sobre todo la música, tan importante en este documental que, de forma intradiegética, se convierte en secundario de honor de la película. La música de su transistor le acompaña a todas partes. Tal es así que, en ocasiones, mantiene “conversaciones” con el radiocasete en un lenguaje incomprensible. Se prescinde de subtítulos, porque sus palabras no siempre potencian lo que tiene en mente. Su imaginación, afectada por lo que ha visto y, sobre todo, por lo que ha escuchado, se refuerza mediante otro tipo de Arte; que, al fin y al cabo, es humanizador.

Et des chemins de pluie pour unique bonsoir
Avec le vent d'ouest écoutez-le vouloir


Aunque ha decidido aislarse de la sociedad, trabaja para ella. ¿Cómo? Durante tres décadas, ha cavado un túnel subterráneo donde realiza grabados. Se siente orgulloso de su trabajo, y no es para menos: con él adquiere un compromiso con la sociedad, en un intento por salvarla del fin del mundo. Resulta curiosa la forma en que su persona se va desvelando a lo largo de la película, a través de sus actos… aunque no siempre a través de sus motivaciones. El autor asegura que abordar el Arte Bruto como tema principal hubiera sido un error de enfoque. Por este motivo decide ir más allá: retratar su estado vital y, por ende, retratar parte de su alma.

Le plat pays qui est le mien

Un documental sin grandes artificios, intenso y emocionante que no dejará a nadie indiferente. Hay una polémcia latente acerca de la idea de humanidad y sociedad que se percibe durante todo el filme, pero queda retratada con respeto y elegancia. Los tiempos dedicados a la contemplación son una delicia para el espectador y repercutirán en sentimientos encontrados con varios momentos de ternura.
En fin. El Festival Punto de Vista tuvo una inauguración de lo más digna.

Canción: Le plat pays. Jacques Brel.
Película: Le plein pays. Antoine Boutet.


María Iserte Alfaro

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