sábado, 16 de febrero de 2008

52 percent / Pó de estrelas / The existence

Tres en uno:


52 percent no es sólo una cifra. Para los profesores de la Academia de Ballet de San Petersburgo es la proporción perfecta entre la longitud de las piernas y la altura total de una persona. Además, un requisito indispensable para ser admitido en la escuela. Para Alla es mucho más que eso. Es lo que necesita para alcanzar su sueño y llegar a ser bailarina. Ese 52 por ciento dirige la vida de Alla hacia un objetivo, pero no sin pedirle sacrificios y muchas horas de trabajo a cambio. Lo grave es que Alla tiene 11 años.
Sin narrador, y rodado de una forma absolutamente natural, cualquier elemento que se interpone ante la cámara le sirve a Rafal Skalski para crear un nuevo y mejorado plano (¡atentos al gato!).

Una simple cifra basta para tirar a la basura los sueños de una niña. 20 minutos bastan para contarlo.

Pó de estrelas

Silencio en la sala. Las primeras imágenes salpican la pantalla. Son estrellas. Como nunca las hemos visto: encadenados y fundidos de imágenes telescópicas, formas extrañas y colores que rozan la psicodelia. El silencio perdura durante diez minutos más. De pronto, el montaje se acelera. La mente despierta del coma. Una batería de imágenes a velocidad vertiginosa impacta contra las retinas de los espectadores. Los ojos en la oscuridad tratan de captar cada una de las escenas, algo imposible. Aún así, las reconocemos, las hemos visto mil y una veces: chicas "10", coches, perfumes, galletas dietéticas, pañales, cereales con fibra, fármacos adelgazantes... y después, la bomba final. Los ojos de los espectadores se paralizan. Guerra, hambruna, violencia, exterminio, odio, muerte... el Horror. Y otra vez el silencio...
Todo ello, montado y contado con una ironía casi grotesca que hiela la sangre... pero da (mucho) qué pensar.

Garantizado: nadie quedará indiferente ante este experimento en imágenes.


¿Para qué queremos nuestro cuerpo una vez que hayamos muerto?
A sus 80 años de edad, Jerzy Nowak, actor, decide donar su cuerpo a la ciencia. Sus dudas, recelos y sentimientos más íntimos respecto a un tema tan controvertido quedan al desnudo crudamente en este documental, a la espera de que llegue la hora.
Una imagen: Jerzy Nowak caminando lentamente por la clínica a la que donará su cuerpo mientras avalanchas de alumnos con batas blancas le adelantan. "Proyectos" de médico que se cruzan sin inmutarse con el hombre cuyo cadáver puede que diseccionen en un futuro relativamente próximo.

"¿Por qué hacer un documental sobre mi muerte? Por la fama".

Gorka.

Los tres documentales se proyectarán mañana, domingo 17 de febrero, a las 19.30 en Civican.

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