martes, 19 de febrero de 2008

Nijuman no Borei (200.000 phantoms) / El sastre / Must read after my death

6 de agosto de 1945. 8.14 a. m. “Little Boy”, la primera bomba atómica, cae sobre Hiroshima arrasando literalmente la ciudad. Miles de personas mueren al instante. A sólo 150 metros del lugar de la explosión, una estructura resiste en pie rodeada de escombros. Es el edificio A-bomb.

Jean Gabriel Périot centra su cortometraje, Ninjuman no Borei (200.000 fantasmas) , en este edificio. A través de fotografías, reconstruye la historia y los acontecimientos sucedidos en los años posteriores alrededor del A-bomb.
Aquel fatídico día, una edificación se mantuvo en pie. Durante la reconstrucción, mientras la ciudad se alzaba de nuevo a su alrededor, fue la única que se preservó exactamente como se encontraba después del bombardeo. Un símbolo que mantenga vivo aquel suceso en la memoria de la humanidad.

Mohamed es paquistaní y trabaja en una minúscula sastrería en Barcelona. Pese a pasar la mayor parte del día en un lugar tan angosto, su vida diaria esta llena de conflictos: la falta de comunicación con los clientes, las discusiones con su ayudante, las dificultades del negocio... y Óscar Pérez está allí, cámara al hombro, a dos palmos de Mohamed, para dejar constancia de todos los sucesos.

El carácter de Mohamed, las diferencias culturales y los conflictos con su ayudante crean un caldo de cultivo que genera un cortometraje simple en apariencia pero con un gran trasfondo. Lo cotidiano se vuelve excepcional.

"¿Quién es el de la cámara? Cuidado, podría ser de la policía secreta".

Risas aseguradas en la sala.

Risas que se apagan una vez que empieza el largometraje de Morgan Dews. Alice, madre de tres hijos, deja una serie de documentos con una nota al morir: "leer tras mi muerte". 50 horas de grabaciones de voz, 201 películas caseras y 300 páginas escritas que se resumen en 72 minutos en Must read after my death.

Un ambiente familiar en apariencia normal pero no el más adecuado para educar a tres niños, infidelidades, el ingreso de un hijo enfermo, los problemas con la bebida y una muerte no muy clara. A través de imágenes caseras de archivo y las grabaciones originales de voz, los secretos más íntimos de la propia familia de Morgan Dews quedan amargamente al desnudo. Sacar a la luz los trapos sucios de tu familia puede ser discutible, hacerlo como Dews, es hacer un documental sumamente interesante.

"Madre, ¿qué ha pasado? Éramos una familia tan feliz..."



Gorka.


Los tres documentales se proyectarán mañana, miércoles 20 de febrero, a las 19.30 en Civican.

2 comentarios:

Nahum dijo...

Pues el de "Must read after my death" parece, en efecto, muy recomendable. Demoledora esa frase de cierre del post: "Madre, ¿qué nos ha pasado?"

Gracias por la recomendación.

Anónimo dijo...

A mí el documental de Dews me impactó. Es un documental que va creciendo narrativamente cada minuto. Puede parecer muy fácil hacer algo así con vídeos ya grabados, pero tener al espectador pegado a la pantalla durante más de una hora con ese material no lo consigue cualquiera.