domingo, 17 de febrero de 2008

¿Somos anticomunistas?


¡Hola a todos!

Os saludo con alegría porque ayer sobreviví a Fengming: Una memoria China. Una foto nunca había sido tan elocuente. Tres horas de plano estático nos maltrata y nos hace llorar, no por la historia, que es realmente trágica, sino por la elección del director de hacérnosla llegar en forma de radio y sin fascículos. Si el público sólo se ríe cuando una anciana dice que tiene que ir al baño o cuando le llaman por teléfono es más que un indicio del drama interior que sufre uno sentado ahí sólo y desamparado, en la oscuridad de la sala, y frente a una china que nos martiriza con su vida miserable. Sí despierta compasión, no penséis que no tengo corazón. Y no sólo eso, la anciana tiene una labia que rompe. Yo sólo opino que la idea del director es desafortunada. Que este material tendría que haber sido de apoyo para contar una historia que apela al alma. Que tiene un potencial tirado por tierra.
La anécdota. Un chino se me sentó al lado. Estaba un poco perdido porque las entradas eran numeradas y me pidió ayuda. Pues sí, es aquí, a mi lado, le dije. Y se puso a mirar con curiosidad al resto de la gente que iba pasando. Me preguntó a ver si la gente venía porque la entrada era más barata. Estaba indignado porque sólo costaba dos euros y quería saber si sólo era por la película, que era china. Como si fuese una imitación. ¡No, no!, ¡todas cuestan dos euros! Por ser del festival y eso... Pero aún me miraba como si yo tuviera una segunda y pérfida intención. Y luego la peli empezó y según pasaban los minutos resoplaba y resoplaba, y me miraba y me decía, ¿cómo lo aguantas? Él al menos lo entendía todo, que tenía las gafas en la mano y no tenía que leer los subtítulos, soy realmente observadora... Y se marchó.
Oigan, que esto es sólo la excepción, ¿eh? Que realmente estoy disfrutando de todo esto. Y que Wang Bing no sepa artes marciales o de veras peligro.
Beatriz Herzog.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Desafortunada? Yo creo que es la idea más afortunada de todo el festival: dar el testigo y desaparecer, dejarnos a solas con la protagonista y no martirizarnos con elecciones formales. Plantarnos cara a cara con el dolor y hacernos compartir ese dolor, de manera física. Es la película del festival, sin duda alguna.

A propósito de dijo...

Entiendo lo que dices, pero no comparto el gusto por un cine tan hermético, tan impersonal y tan poco accesible. No veo un cine en el que la elección humana sea un error por el hecho de ser elección, y por eso no me gusta este documental.

Anónimo dijo...

No todas las películas, por proyectarse en un festival, tienen que ser afortunadas o justificarse de todas las maneras. Si se hubiera difundido vía youtube por ejemplo y con otro nombre, las opiniones serían bien distintas, me juego el cuello.