“Tome conciencia de su cuerpo y déjese ir”.
El cuerpo se sumerge en el agua y las hojas se acercan al cuerpo. El cuerpo ya no sabe nadar.
Una manada de humanos en estampida. Les persigue el tiempo. Y les alcanza.
Respirar. Reír. Caminar. ¿Para qué? Nos habíamos olvidado de cómo se hacía. Las rodillas débiles y el cuerpo arrugado nos recuerdan el instinto. Piden tierra y piden agua.
Una manada de humanos en estampida. Les persigue el tiempo. Y les alcanza.
Respirar. Reír. Caminar. ¿Para qué? Nos habíamos olvidado de cómo se hacía. Las rodillas débiles y el cuerpo arrugado nos recuerdan el instinto. Piden tierra y piden agua.
Animal/Humano/Animal.
El sudor gotea la voluntad del hombre que corre por la ciudad. El perro con la lengua fuera lo tiene más fácil.
El tiempo se agarra a la piel y deforma unos pies que se asustan y dan vueltas torpes sobre la alfombra de un salón. Por la noche, los humanos vuelven a su guarida. Y se tapan. Duermen.
La clave del ser humano no estaba tal vez donde intentábamos llegar y, una vez viejos, buscamos desandar hasta tocar un origen que estaba muy cerca.
Quizá volver a lo ingenuo y puro sea complicado cuando la esencia de las conductas básicas la conoce la voz de un radiocassette.
El sudor gotea la voluntad del hombre que corre por la ciudad. El perro con la lengua fuera lo tiene más fácil.
El tiempo se agarra a la piel y deforma unos pies que se asustan y dan vueltas torpes sobre la alfombra de un salón. Por la noche, los humanos vuelven a su guarida. Y se tapan. Duermen.
La clave del ser humano no estaba tal vez donde intentábamos llegar y, una vez viejos, buscamos desandar hasta tocar un origen que estaba muy cerca.
Quizá volver a lo ingenuo y puro sea complicado cuando la esencia de las conductas básicas la conoce la voz de un radiocassette.
“Ahora está en armonía con sus pensamientos. Déjese ir.”
Inspire, expire.
-Ana-
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