miércoles, 28 de febrero de 2007

Orange winter


La revolución naranja es como una ópera y como la primera película ucrania de la historia: tiene algo de pasional, festivo y trágico a la vez. Kiev que se convierte en una ciudad con un millón más de habitantes; la periodista que traduce en lenguaje de signos los informativos oficiales dice mediante gestos que lo que está ocurriendo es una vergüenza; o pueblos enteros que toman té y salchichón en la plaza frente al Parlamento. Lo que fue al principio una protesta por el resultado electoral se torna en un sistema de vida, en fiesta y, finalmente, en una segunda vuelta. Yuschenko gana. Diciembre de 2004. Ningún otro invierno fue un Orange winter. A pesar de que se echan en falta historias personales y más cercanía, las secuencias de acción (cargas policiales y enfrentamientos entre los partidarios de Yanukovich y Yuschenko) y la continua presencia de la cámara en la calle consiguen reflejar fielmente lo que ocurrió en Kiev.
¿Imágenes para el recuerdo? Muchas, por ejemplo la de un superior quitando a los antidisturbios, muertos de frío pero serios y firmes en su posición, la nieve de los hombros.


Texto: F.

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