lunes, 26 de febrero de 2007

Wide is the sea


Mologa no existe: la creación de un lago artificial inundó la ciudad en los años cuarenta. Para qué vaciarlo, para qué seguir inundando. Ya no hay más que tumbas, ladrillos y huesos que van recogiendo todos los años de debajo del agua. Porque ellos sí quieren que se vacíe el embalse, que se destruya la presa que significó el fin de su hogar. Lo de la falta de agua en la cuenca del Volga no resulta un pretexto válido, dicen. Ese lago hizo extranjeras a 130.000 personas.
El 14 de abril es recordado en Yaroslavl Oblast como el Día de Mologa. Entonces, algunos sacerdotes van en lancha hasta donde se erigía la ciudad, enfrente del monasterio aún visible, para una breve oración. Y los ancianos también rezan por el lodo y cantan y lloran. Los políticos dicen que no quieren un desierto en Mologa: no hay vuelta atrás.
Wide is the sea donde los pueblos de la zona viven exclusivamente de la pesca, donde el agua come decenas de metros de orilla al año, donde el pasado ha determinado el presente. Donde Mologa no es Mologa.


Texto: F.

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