Un día, David Perlov decidió dejar de hacer cine y empezar a hacer cine. Era 1973 y estaba harto del cine oficial y de las restricciones que le imponía el sistema israelí. Se compró una cámara de 16 mm y miró por su ventana. También miró en su casa, en aeropuertos y en parques; miró en Sao Paulo y miró en Jerusalén; miró desde el balcón y miró desde un coche. Entre la vida y su ojo, siempre la cámara.
En el primer capítulo de su Diario, David Perlov muestra cuatro años en una hora. Nos deja que conozcamos qué supone que tu país esté inmerso en una guerra (la del Yom Kippur), o cómo se rastrea la juventud tras veinte años sin pisar sus escenarios, o la desesperanza que produce saber que nadie quiere dejarte hacer lo que puedes hacer.
Estáis a tiempo de ver los capítulos 3, 4, 5 y 6. Mañana y pasado, domingo y lunes, a las 20:00 en Golem Yamaguchi.
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